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Entrevista a Julián Alberto Martín, trabaja en el campo de la educación y la tecnología

bsoco ¿Podría presentar brevemente a Julián Alberto Martín?

Julián Alberto Martín: Soy un profesional que intenta trabajar con criterio y sentido común, y desde planteamientos estratégicos. Comencé mi trayectoria laboral desde el periodismo y evolucioné hacia la comunicación, el marketing y las ventas, especializándome en tecnología educativa aplicada a la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje, y fundamentalmente en la educación reglada preuniversitaria.

En 1998 formé parte del equipo que lanzó EducaRed, una iniciativa puntera para la promoción de Internet en los colegios; su principal virtud es que contaba con el respaldo de la inmensa mayoría de los representantes de la comunidad educativa: patronales del sector, sindicatos de profesores de todas las tendencias, y asociaciones de padres y madres de alumnos, en un consenso que es necesario recuperar. En aquella época Google no existía, y asistí desde dentro al nacimiento de Terra. Después, en la época de las “puntocom”, fui director de contenidos de una startup dirigida a estudiantes que cerró con la crisis del sector. Más tarde trabajé un tiempo como redactor en el Diario El Mundo y también fui director de marketing en una consultora. En 2006 volví a la tecnología educativa con Oneclick, como director comercial, y en enero de 2016 doy el paso más interesante en mi trayectoria para unirme a ITE Nuevos Medios y ayudar al empuje definitivo de la tecnología en las aulas.

bsoco: Como profesional con una amplia trayectoria en tecnología educativa en los colegios ¿cuál es el estado de la cuestión?

Julián Alberto Martín: Vivimos en la sociedad del conocimiento, como subrayan todos los teóricos, y resulta paradójico el hecho de que la tecnología ha revolucionado todos los sectores menos precisamente el de la educación. Hoy en día no puede concebirse casi ninguna actividad que se mantenga igual que hace 20 años, pero es algo que sí sucede en escuelas y universidades. De hecho los alumnos sienten una profunda desconexión entre su vida personal, donde están rodeados de tecnología, y su vida escolar y académica, donde salvo excepciones ésta no existe.

¿Es que la educación es distinta de otros sectores? ¿Es que en educación no va a producirse una mejora sustancial por la incorporación de la tecnología, como ha sucedido en todas partes? ¿Qué está pasando?

La respuesta habitual es que en educación ha habido restricciones: mala conectividad, ausencia de hardware y software, falta de formación específica del profesorado, etc. Y que cuando esto se revierta, la situación será distinta. Pero hay mucho más, porque el consenso de los informes internacionales (no sólo PISA) está indicando que en los países donde se han hecho grandes inversiones en tecnología, superando los inconvenientes mencionados, los resultados han seguido siendo los mismos.

bsoco: ¿Qué es entonces lo que falta?

Julián Alberto Martín: Lo primero es reconocer que hay que resolver los problemas de conectividad en los centros y dotar de dispositivos las aulas, así como formar a los docentes. Pero eso es solamente el primer paso. Lo segundo es ver cómo trabajar con los medios digitales. Y ahí es donde hasta ahora no ha habido un cambio metodológico real.

Por lo general, lo más habitual es no dar contenidos digitales, sino contenidos digitalizados. En vez de crear nuevos productos nativos digitales, que tengan en cuenta de partida un uso y un contexto digital, se tiende a hacer versiones digitalizadas de productos que provienen del papel. Así, no es de extrañar que en algunas encuestas hechas a estudiantes, éstos prefieran las versiones en papel frente a las digitales; esto es, los originales frente a las copias.

Pero incluso instituciones que intentan ser más innovadoras también se equivocan. Por ejemplo, sigue siendo muy habitual que los grandes actores del sector (organismos públicos, empresas tecnológicas, editoriales, etc.) digan que sus líneas de tecnología educativa innovadora se centran en identificar las mejores prácticas existentes para intentar universalizarlas, y conseguir así una mejora. Esto se decía en el año 98 y también actualmente. Esta manera de actuar, si estuviéramos en el campo médico, sería como si los gerentes de salud pública se dedicaran a dar voz a los curanderos. Pero igual que en medicina hay un consenso científico sobre dónde están los avances en medicamentos, técnicas quirúrgicas, etc., en educación es necesario basarse en los avances que se están continuamente realizando en las ciencias y tecnologías del conocimiento: psicología cognitiva, neurociencias, lingüística y epistemología. Poco a poco esto es algo que está llegando a los centros de decisión, y ya era hora de que lo hiciera.

Por suerte, ya hay alguna iniciativa que está empezando a crear recursos digitales para la enseñanza teniendo en cuenta lo que nos dicen las neurociencias y la psicología cognitiva sobre cómo aprendemos. Por mi parte, en enero voy a sumarme a ITE Nuevos Medios, que es la empresa española que más experiencia acumula en este campo: donde la mayoría está empezando ahora, ITE lleva más de 15 años desarrollando y mejorando sus productos.

bsoco: ¿Cuáles son las tendencias actuales: blended o sólo online; completas o cortas a modo de píldoras formativas; participativas o no?

El formato del contenido puede ser variado, y la labor del profesor siempre va a ser imprescindible. De hecho, los recursos más avanzados, incluyendo el aprendizaje adaptativo, permiten que los docentes puedan centrarse en las tareas de mayor valor añadido, y especialmente en el acompañamiento y guía del estudiante.

Lo fundamental es que los recursos digitales trabajen simultáneamente la capacidad conceptual de los alumnos (la memoria explícita-declarativa: saber qué), sus conocimientos procedimentales (la memoria procedimental: saber hacer) y su disposición actitudinal (la memoria implícita y las emociones: saber ser), para así completar un desarrollo competencial integral. Esto es lo que hacemos en ITE, frente a los recursos digitales habituales que, con suerte, trabajan razonablemente bien únicamente los conceptos.

bsoco: ¿Cuáles son sus proyecciones para el año 2016?

Julián Alberto Martín: La labor fundamental es hacer ver a los órganos de decisión de las políticas educativas la necesidad de que la incorporación de la tecnología en las aulas se haga teniendo en cuenta las premisas de las neurociencias y la psicología cognitiva para que pueda producirse realmente un cambio metodológico que redunde en una mejora efectiva de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Está muy bien que haya inversión en equipamiento y conectividad, pero sabemos que el mero acceso a la información no implica conocimiento. Ese es solamente el punto de partida a partir del cual comenzar a trabajar; pero no de cualquier manera, mediante contenidos digitalizados o innovando a partir de las mejores prácticas observadas, sino con bases sólidas basadas en los avances científicos: si hay consenso en los especialistas sobre cómo aprendemos, utilicemos esos conocimientos para llevarlos a la práctica y conseguir así la eficiencia en la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

bsoco: Muchas gracias por sus respuestas.

http://www.julianalbertomartin.com/

 

 

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