Les articles du dossier
Les experts du dossier

Dossier special

Si quieres una garantía, cómprate una tostadora

El futuro del trabajo es realmente inquietante, aunque a la vez, resulta plagado de oportunidades para la mayoría de las personas. Observar y entender la evolución del mundo del trabajo resulta imprescindible para aprender a moverse en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo.

Según Santiago García y Jordi Serrano, lo que está ocurriendo con el trabajo es fruto de variaciones importantes en el ámbito de las tendencias económicas como la globalización, los cambios en la sociedad y en la demografía, la evolución de los valores de las personas y el desarrollo tecnológico.

La confluencia de muchos de estos factores de forma simultánea, ha hecho que tras la revolución industrial, la naturaleza del trabajo haya cambiado de forma considerable. Este cambio se ha convertido en una tendencia, ya que transcurren los años y el trabajo sigue cambiando y lo seguirá haciendo. Lo que antes servía a las personas, ahora no les sirve.

En el trabajo tradicional, unos pocos pensaban qué había que hacer y el resto de las personas de las organizaciones se dedicaban a hacerlo. El trabajo era evidente, estable y proporcional al tiempo.

El cambio que se ha producido a lo largo de estos años ha supuesto una inversión entre el volumen de personas que se dedicaban a pensar qué es lo que hay que hacer con respecto a las personas que lo llevan a cabo. Debido a la globalización y sobre todo al espectacular desarrollo de la tecnología, el trabajo manual se ha reducido a mínimos históricos, aumentando por otro lado el trabajo fruto del conocimiento, produciéndose una transición, casi invisible para la mayoría de personas y organizaciones, desde el trabajo industrial a lo que Peter Drucker denominó trabajo del conocimiento.

En el trabajo del conocimiento la tarea ya no es evidente en la mayoría de los casos. El trabajo deja de ser estable, siendo además, totalmente desproporcionado con el tiempo disponible para hacerlo. Como consecuencia de ello, por definición, ha de quedarse trabajo sin hacer. Además de todo esto, la contribución de valor del trabajo que desarrolla un profesional del conocimiento es totalmente desigual, por lo que la correcta gestión de la atención y los procesos de toma de decisiones resultan cruciales para conseguir resultados de valor que contribuyan al desarrollo de las organizaciones, y por extensión, el desarrollo de la sociedad.

Este nuevo paradigma supone que las personas han de desarrollar nuevas competencias para poder afrontar los nuevos retos que se plantean. Las organizaciones a su vez, han de abandonar los clásicos modelos de gestión para comenzar a dar protagonismo a las personas, que son el soporte del talento y del conocimiento. Mantener estructuras ideadas en la era industrial, como las estructuras jerárquicas de poder o los modelos de gestión basados en objetivos, resultan tremendamente contradictorios ante los cambios que han acontecido en los últimos 50 años y que sin duda seguirán viniendo.

Ya no existe la garantía de un empleo fijo para siempre. Eso se ha esfumado. De hecho, no volveremos a dicha situación de estabilidad, ya que el desarrollo tecnológico y otros factores están transformando por completo la forma de producir bienes. De ahí el resurgimiento del debate acerca de la Renta Básica Universal, un sistema en el que todos los ciudadanos recibirían regularmente una especie de salario a modo de derecho de ciudadanía, para asegurar unos  ingresos que permitan afrontar las necesidades básicas. La transformación del mundo del trabajo pasa porque cada persona tendrá que responsabilizarse de su futuro personal y profesional.

El perfil profesional de nuestro tiempo pasa por lo que John Moravec denominó Knowmad. Profesionales, capaces de trabajar desde cualquier lugar y con cualquier persona. Profesionales dinámicos, innovadores y creativos. Profesionales cuya motivación procede de su interior y cuya principal competencia es la efectividad. Todo un reto apasionante para nuestro tiempo, ya que el presente y el futuro del trabajo ya no garantizan una estabilidad en el tiempo. Por lo que, como decía Clint Eastwood, si quieres una garantía cómprate una tostadora.

\\\\\  Antonio José Masiá es consultor artesano y nodo de OPTIMA LAB, una red productiva que ayuda a personas y organizaciones a ser más efectivas para lograr sus resultados por medio del aprendizaje basado en la experiencia y nuevas metodologías centradas en las personas.

2016 Antonio José Masiá – Algunos derechos reservados
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0 International License

 

 

 

Publi-reportage - //20